La demanda es mayor que la oferta. El número de alumnos que se licencian en la Facultad de Medicina de Málaga cada año (algo más de un centenar) es menor que las necesidades de facultativos que tienen los hospitales y los centros de atención primaria malagueños.
Ese hecho provoca un déficit en la balanza en la que fluctúan la cifra de profesionales que se precisan y el número real de los que están disponibles para trabajar. El problema se acentuará progresivamente, porque en los próximos diez años se jubilarán casi un tercio de los médicos andaluces que trabajan para la sanidad pública.
En Málaga hay 6.571 facultativos colegiados. El retiro forzoso de casi un tercio de ellos hará que haga falta cubrir casi 1.800 puestos en una década, mientras que de la Facultad de Medicina de Málaga sólo saldrán en ese periodo poco más de mil licenciados con lo que habrá un desfase de unos 800 médicos. Si no se arbitran medidas para paliar ese hecho, la falta de profesionales en distintas especialidades se agravará y repercutirá negativamente en la asistencia que se ofrecerá a la población.
En el caso de Málaga, es seguro que en el plazo de una década cumplirán 65 años (edad forzosa de jubilación para los profesionales que trabajan para el SAS y la Consejería de Salud) un 40% de doctores de varias especialidades, como es el caso de pediatría, anestesiología o medicina interna. El relevo de esos médicos no está garantizado al día de hoy. De ahí que la Junta de Andalucía (como el resto de comunidades) deba implementar actuaciones que garanticen que en un futuro inmediato no habrá carencias importantes de facultativos..
En la formación de un médico se tarda una media de diez o doce años, desde que se matricula en la Facultad de Medicina hasta que termina su periplo como médico interno residente (MIR). Por tanto, si no se hace una buena planificación del número de estudiantes que acceden a las facultades es imposible a corto plazo incrementar el número de licenciados.
El presidente del Colegio de Médicos de Málaga, Juan José Sánchez Luque, manifestó a este periódico que el 27,7% de los facultativos andaluces dejarán su actividad en un plazo máximo de diez años, al cumplir la edad reglamentaria de jubilación en la sanidad pública. Para hacer frente a ese hecho, y a la demanda continua de especialistas, Sánchez Luque apuntó una serie de actuaciones.
Así, apostó por fidelizar a los médicos jóvenes que se forman en Andalucía para que, una vez terminen el MIR, se queden en los hospitales del SAS o en los centros de atención primaria. Para ello, dijo que es necesario ofrecerles estabilidad laboral y contratos indefinidos y bien remunerados, lo que impediría que tuviesen que marcharse a trabajar a otras comunidades españolas o al extranjero al recibir ofertas más atractivas y solventes.
Otro aspecto que defiende Sánchez Luque es que la Consejería de Salud dé la opción, a los facultativos que voluntariamente quieran acogerse a ella, de continuar ejerciendo hasta los 70 años en vez de tener que retirarse forzosamente a los 65 años. «Eso permitiría repescar a muchos profesionales con gran experiencia que aún están en condiciones de prestar servicio a la sociedad en la medicina pública. Y más en estos tiempos en que faltan médicos en muchas especialidades», precisó Sánchez Luque.
Asimismo, comentó que permitir a los facultativos simultanear su trabajo en los centros públicos y privados, sin tener que acogerse a la exclusividad -«lo que les supone una merma económica»-, sería otro aliciente para los profesionales y frenaría en parte la fuga de médicos a la sanidad privada, de la que están recibiendo muy buenas propuestas tanto desde el punto de vista económico como del desarrollo de su carrera, con más medios y libertad de trabajo.
El cuarto punto planteado por Sánchez Luque para mitigar la escasez de facultativos pasa por recuperar a médicos que se licenciaron en los años ochenta del pasado siglo y, debido al paro que en esos momentos había, eligieron otras salidas y no llegaron a ejercer la carrera que habían cursado. «Es gente que con unos cursos de reciclaje puede ser muy válida. Estaría bien contar con esos médicos», aseguró.
Respecto a incrementar el número de plazas en las facultades de Medicina, el presidente del Colegio de Médicos de Málaga, que a su vez preside el Consejo Andaluz de Colegios de Médicos, considera que ese aumento podría oscilar entre el 5 y 10%. En Málaga, cada año comienzan Medicina 140 alumnos. «Hay que tener cuidado con ofertar muchas más plazas, porque nos podríamos encontrar con que a la vuelta de unos años volvería a haber paro en nuestra profesión, como sucedía antes. Es necesario hacer un análisis pormenorizado de cada especialidad y estudiar muy bien el futuro», apostilló.
Sustituciones y bajas
La realidad es que el SAS tiene ya serias dificultades para cubrir sustituciones o bajas en bastantes especialidades, porque no hay facultativos desempleados. Eso ocurre, entre otras ramas de la medicina, en pediatría, ginecología, anestesiología, traumatología o cirugía cardiovascular. Incluso ha habido momentos en que no se encontraban médicos de familia disponibles para trabajar en centros de salud o consultorios. La escasez de profesionales se hace más patente en periodos vacacionales, cuando los titulares de las plazas cogen sus días libres y los hospitales o centros de atención primaria no hallan recambios para cubrir esos puestos. La situación es aún más conflictiva en los hospitales comarcales y en las zonas rurales.
La carencia de médicos no es algo que sólo ocurra en Málaga o en Andalucía, sino una situación generalizada en España. El propio Ministerio de Sanidad lo ha reconocido. El titular de esa cartera, Bernat Soria, presentó hace unos días un informe en que se decía que el país precisa 3.200 facultativos para cubrir las necesidades de la población. Ese estudio augura un déficit de 25.000 profesionales en 2025 si no se toman medidas.
jueves, 26 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario