viernes, 27 de febrero de 2009

Cinco especialidades médicas quedarán mermadas en 10 años

Las dificultades para encontrar reemplazo afectan a cardiología, cirugía general, pediatría, anestesia y medicina interna, que perderán más de un tercio de su población activa en la provincia. El paro de los ochenta y la fuga a otras provincias, entre las principales causas
LUCAS MARTÍN. MÁLAGA
La carencia de pediatras en el interior de la provincia, denunciada en las últimas semanas por sus responsables municipales, no es exclusiva del entorno rural. A pesar de su incidencia en la zona, donde las deficiencias se agigantan, se trata de un problema extrapolable al conjunto de la sanidad pública, asediada por las dificultades para enrolar especialistas desde hace, al menos, una década.

Según datos del Colegio de Médicos, el número profesionales especializados se reducirá notablemente en los próximos diez años. Una situación que será especialmente abrasiva en cinco modalidades: cardiología, cirugía general, anestesiología, medicina interna y pediatría, que perderán más de un tercio de su población activa en Málaga.

De acuerdo con la institución, las jubilaciones previstas a corto plazo mermarán drásticamente el número de expertos, a menos que se renueven las plazas mediante la contratación de nuevos profesionales. Las cifras son bastante elocuentes.

Un 46 por ciento de los médicos de medicina interna que ejercen en la provincia tiene una edad comprendida entre los 56 y 65 años, proporción que baja al 40 por ciento en el caso de cardiólogos y cirujanos y al 37 por ciento a la hora de acotar el panorama de anestesistas y pediatras.

El escenario que dibuja el órgano colegial no es una conjetura, sino la exposición tajante de las cifras. La legislación actual, al menos en Andalucía, no permite continuar en la profesión más allá de los 65 años, por lo que no existe la posibilidad de prolongar el ejercicio de los especialistas.

Una situación que no trascendería el plano anecdótico si no fuera por las dificultades para imantar a nuevos expertos. Juan José Sánchez Luque, presidente del Colegio de Médicos, reconoce la escasez de especialistas disponibles. Sobre todo en la sanidad pública, lo que podría derivar en un panorama difícil de solventar en los próximos años.Como es lógico, la carencia de expertos no se debe al azar ni a una elección caprichosa de los estudiantes de medicina. Sus causas son múltiples y se han ido larvando en las dos últimas décadas. Una de ellas, responde al elevado índice de desempleo que soportaba la profesión en los años ochenta y noventa, que inhibió a muchos estudiantes que querían continuar sus estudios. "Hay que pensar que los médicos dedicamos once años de nuestra vida para llegar a una especialidad y eso supone un enorme esfuerzo de dedicación", señala Sánchez Luque.A partir de ese momento, las consecuencias se agravaron en el campo de la formación de especialistas.

Las universidades decidieron rebajar el número de alumnos para corregir las perspectivas laborales, lo que, a la postre, restringió la cifra de especialistas.Una casuística a la que se añade un factor difícilmente imputable a la dinámica de las universidades: la fuga de profesionales a otras comunidades autónomas y países.Este último problema, sugiere Sánchez Luque, está vinculado a cláusulas como el plus de exclusividad de los trabajadores de la sanidad pública, que les impide, so pena de renunciar a una parte jugosa de su salario, compartir su labor con la medicina privada.Una ecuación que se ha resuelto con éxito en otras regiones a través de la sustitución de la cuantía por un incentivo de formación, circunstancia que permite compaginar el trabajo en ambos sectores. La solución se antoja sensata. Sobre todo, si se tiene en cuenta que la relación con el sector privado no supone el recorte del horario que se establece en la sanidad pública.Con estas coordenadas, no es de extrañar la preocupación de los profesionales y de los municipios. Entre otros aspectos, porque la carestía de profesionales coincide con el envejecimiento paulatino de la población y su mayor uso de los recursos sanitarios. "La esperanza de vida se está incrementando y todo ello requiere una adecuación estructural tanto a nivel hospitalario como de atención primaria", opina.

La movilización de los alcaldes del interior, que se concentraron el pasado miércoles en bloque para reclamar mejoras sanitarias, entronca con una reivindicación que, de no solucionarse, podría convertirse en una tónica de los próximos años. En las zonas rurales, lo más notorio es la disminución del servicio de pediatría, aunque también existen otras dificultades. Sánchez Luque, por ejemplo, pone el acento en la necesidad de aumentar los recursos destinados a las zonas agrestes. Una cuestión que queda en evidencia en la gestión de las urgencias, especialmente dificultosa en los momentos de sobrecarga de demanda: "Los profesionales que cubren las emergencias en los centros son los mismos que se tienen que desplazar a los domicilios y requieren tiempo para llegar", razonan.

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