CCOO denuncia "trampas" para que no se disparen las listas de espera

El SAS se autoimpuso por decreto unos topes máximos para operaciones, primeras consultas con un especialista o pruebas diagnósticas.

Para cumplirlos, los centros sanitarios echan mano de conciertos con clínicas privadas, de las mal llamadas peonadas de sus propios profesionales e incluso de equipos que se desplazan de otras provincias andaluzas.

Estos recursos permiten mantener a raya las listas de espera. Sindicatos y profesionales reconocen que esos decretos han supuesto un avance para dar una asistencia más rápida, pero a continuación lanzan sus críticas.

CCOO es la organización más beligerante. Su responsable de Sanidad, Rafael González, denuncia la existencia de "trampas" administrativas para que las listas de espera no se disparen. Por ejemplo, plantea que cuando están a punto de incumplirse los plazos de los decretos, las agendas para dar cita con los especialistas se cierran o que el tiempo desde el que un médico pide una prestación para un paciente hasta que es incluido en la lista de espera no se cuenta.Fuentes de la Administración niegan el cierre de agendas: "No tenemos constancia de ello y si algún sindicato lo denuncia, que lo demuestre". Según estas fuentes, los topes máximos de espera establecidos en los decretos se cumplen "a rajatabla". Incluso apuntan que el propio sistema informático "avisa" unos días antes de que se cumplan los plazos para que se adopten las medidas correspondientes.


Según los datos del SAS -los últimos son de junio de 2008- no hay ni un sólo paciente en Málaga que espere más tiempo del límite fijado en los decretos (Treinta días para una prueba diagnóstica, 60 para una primera consulta con el especialista y 120 ó 180 días, según la gravedad, para operaciones). CCOO sospecha en cambio que las listas de espera están "disparadas", reclama a la Administración sanitaria que "reconozca el problema" y propone un pacto para afrontar la situación. Fuentes del Sindicato Médico también aseguran que "muchas veces" se cierran las agendas porque los centros de salud quieren dar cita con los especialistas "y no pueden". No obstante desde esta organización se matiza que aún así "habitualmente" se cumplen los plazos para una primera visita con el especialista. Este sindicato centra sus quejas en que -tras esa primera cita- se tarda demasiado en las visitas posteriores hasta llegar a un diagnóstico. Esa demora crea incertidumbre en el enfermo que vuelve en repetidas ocasiones a su médico de cabecera o se va a Urgencias. Para el Sindicato Médico, el tiempo entre que un paciente es derivado a un especialista y se llega a un diagnóstico debería acortarse.UGT cree que, salvo casos puntuales, se cumplen los plazos estipulados. No sólo por las peonadas y por las derivaciones a centros concertados, sino también porque la mayoría de los enfermos que sobrepasan los plazos de los decretos rechazan ser operados en la sanidad privada. En ese caso, la Administración los excluye de la garantía de tiempo máximo de espera.Las intervenciones fuera de la jornada habitual -llamadas peonadas- son frecuentes para achicar las listas de espera. Traumatología y Oftalmología son dos de las especialidades que más utilizan esta opción para poder cumplir los decretos. Muchas de estas intervenciones se hacen los sábados en jornadasquirúrgicas maratonianas. Unas veces, a cargo de equipos móviles del SAS desplazados desde otras provincias. Otras, por parte de grupos quirúrgicos mixtos de dos hospitales. La Administración sanitaria reconoce el empleo de estas soluciones, pero recuerda que son programas de colaboración previstos justamente para agilizar la asistencia. "El sistema sanitario se ha comprometido a cumplir unos plazos máximos de espera, se están respetando y pone los recursos para que así sea", insistió una portavoz. CCOO, en cambio, duda de que la situación de las listas de espera sea tan buena como la pintan los gestores. Por eso reclama "un gran pacto entre sindicatos y Administración" que permita dar otro paso adelante en la mejora de la asistencia.