CADA REGIÓN APOSTÓ POR UN MODELO DIFERENTE
La Tarjeta Sanitaria Nacional choca con la realidad del sistema de salud
“Sistema Nacional de Salud de España”. Es lo que se puede leer en la nueva tarjeta sanitaria que desde el 16 septiembre tienen en sus manos los ciudadanos de las Islas Baleares. Y es lo que la Ministra de Sanidad, Ana Mato, pretende implantar con un Real Decreto publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) de este sábado. Pero la idea de la creación de una base de datos única para todos los usuarios de la Sanidad pública española choca frontalmente con la realidad.
Volver a centralizar lo que hasta a ahora se dejó a la voluntad de cada comunidad autónoma es, destacan los profesionales de la salud, cuando menos complicado. "Imposible", admiten algunas fuentes consultadas incluso en las mismas administraciones regionales. A pesar de que el Ministerio haya preparado el sistema para activar la interoperabilidad -el acceso a diferentes sistemas desde un ordenador central- las inversiones de las diecisiete comunidades se han movido en otra dirección.
Con la decisión publicada hoy en el BOE tras escuchar a las distintas administraciones autónomas en el Congreso, se daría paso también a lainteroperabilidad de las historias clínicas digitales de los pacientes. Su implantación, según cálculos del Ministerio, conllevaría un ahorro de 300 millones de euros.
Las regiones más avanzadas en este ámbito cuentan con información digital en Atención Primaria y en la especializada de determinados hospitales. El siguiente paso que ahora requiere el Ministerio es que sean compatibles con el sistema del Ministerio de Sanidad. La Junta de Andalucía se encuentra justamente entre las que más han progresado en la digitalización del sistema: “Un cambio de los sistemas informáticos existentes supondría un coste de 12 millones de euros”, asegura a El Confidencial la Consejería de Sanidad de esta comunidad Autónoma.
La apuesta de esta región es “alcanzar la interoperabilidad en el Sistema Nacional de Salud”, es decir, moverse en la dirección indicada por el Ministerio. Sin embargo, producir más de siete millones de nuevas tarjetas “se contradice con la medida aprobada el pasado febrero en este mismo seno en relación a la Agenda Digital, donde se proponía el DNI electrónico como vía de acceso a los sistemas sanitarios en sustitución de las tarjetas sanitarias”, recuerdan desde la Junta.
Cinco sistemas en un solo hospital
En Madrid, los problemas de interoperabilidad llegan incluso a la hora de conectar entre sí hospitales de la misma ciudad. El Hospital Clínico es uno de los más antiguos de la capital. Cuando un paciente es atendido, los profesionales tienen que comparar sus datos entre cinco sistemas informáticos diferentes. Existe una base de datos para las radiografías, una para los tratamientos, otra para la consulta de determinadas notas de atención y una quinta para informes de alta hospitalaria. “Los diferentes sistemas no comunican entre sí”, detallan desde este centro.
“Los antiguos hospitales tienen una red informática nula, los ordenadores son obsoletos”, añade una trabajadora de este hospital que cuenta como en la mayoría de los casos las historia clínica se rellenen de forma manual. “Haría falta una reforma total y absoluta de todos los sistemas informáticos”, argumenta.
La situación no es muy diferente en el más moderno Infanta Leonor de Vallecas. El sistema de almacenamiento de datos implantado en este centro no permite acceder a la información de un paciente en otro hospital de la misma Comunidad de Madrid. “Cuando se descentralizó el sistema sanitario no hubo coordinación en la digitalización de las historias clínicas, explican Pablo Martinez, portavoz de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores.
No se trata de rechazar el progreso: “Naturalmente, centralizar las historias clínicas y tener una tarjeta sanitaria única evitaría problemas de traslado así como duplicidades”, detallan de esta asociación. “Pero va a conllevar un nuevo gasto después de lo que cada comunidad ya invirtió en implantar su propio sistema informático”, añade.
“Nunca se ha terminado de desarrollar”
El Colegio de Médicos de Madrid no oculta su “expectación” para la implantación de un sistema común. Sin embargo, como detalla un portavoz de su junta directiva a El Confidencial,“considera complicado lograr un consenso con todas las comunidades autónomas que en la actualidad tienen ya su modelo funcionando, cada una con características específicas. De hecho, proyectos de esta naturaleza, con diferentes ministros de Sanidad, se han planteado, incluso hay reales decretos aprobados desde hace bastantes años y ninguno se ha terminado de desarrollar”. El anuncio publicado en el BOE, de hecho, no es más que un paso hacia la implantación definitiva de la Ley de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud, de 2003.
El Ministerio, a pesar de la noticia, parece ser consciente de que no se trata de una norma que entrará pronto en vigor: “Hay comunidades más preparadas que otras en la centralización de los sistemas”, admite un portavoz.
Costes Informáticos
Pero, ¿qué coste supondría cambiar el sistema informático? Con la excepción de Andalucía, ninguna de las consejerías regionales contactadas por este periódico se atreve a dar una cifra. Recurriendo al BOE, sí se puede comprobar lo que ha supuesto para las diferentes regiones poner en marcha su sistema actual.
En el caso de Madrid, el sistema informático que se implantó para el período 2012-2014 se adjudicó por algo más de dos millones de euros. En Castilla-La Mancha, implantar un “servicio de informática para el soporte, mantenimiento correctivo, mantenimiento preventivo y evolutivo de la aplicación de tarjeta sanitaria” se estimó en 420.000 euros. Con esa inversión, aseguran fuentes solventes, se proporcionó la tarjeta a 3.500 personas. En La Rioja, un sistema de este tipo ha supuesto una inversión pública de 239.000 euros.
La tarjeta más reciente presentada en sociedad es la de las Islas Baleares, con vistas a un Sistema Nacional de Salud de España. Esta comunidad no ha facilitado el coste exacto de la inversión del Govern de las islas, aunque sí ha especificado que el proceso ha sido asumido “al 70%” por la propia consejería de Sanidad local. La nueva tarjeta incorpora un chip y una banda magnética. El objetivo es que, cuando todo el sistema nacional esté listo para ello, “permitirá asegurar que la historia clínica electrónica pertenece al paciente que acude a la consulta”. El cuando sigue en el aire.
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